Panel 6: NORMALIDAD Y NORMALIZACIÓN: EN PROCESO DE SUBVERSIÓN
Coordinación:
Melania Moscoso
Cristian Saborido
Mario Toboso
Paco Guzmán
Enviar propuestas a: 6normalizacion@gmail.com
¿Qué significa ser “normal”? La idea de “normalidad” se aplica de manera intensiva sobre terrenos como la anatomía y la fisiología humanas, sobre el espacio psicológico y las funciones intelectuales de la persona, y sus modos de relación con la sociedad.
Adolphe Quetelet fue el primero en emplear métodos estadísticos para el estudio de características humanas, con el interés de hallar las propias y representativas de lo que denominó el “ser humano promedio”. A partir de él, toda una serie de teóricos de la idea de normalidad proyectaron la misma sobre los más variados ámbitos, correlacionándola con aspectos como la salud, la enfermedad, el bienestar o la calidad de vida.
Las estrategias de normalización remiten a un sinfín de prácticas y representaciones que actuando sobre diversos ámbitos operan en la producción y reproducción de la categoría de “normalidad” y de su carácter coercitivo y regulador. La construcción de esta categoría se basa, pues, en prácticas, representaciones y atribuciones de valor que se materializan en forma de cuestionarios, clasificaciones, escalas, valoraciones, usos, entornos, actitudes, discursos, etc.
Tales estrategias aspiran a establecer el patrón de normalidad como única alternativa posible, pese a la presencia de otras alternativas, que simplemente no se considera(n) relevante(s). Se pretende así reducir aún más la presencia de estas desviaciones supuestas de la normalidad y aumentar, por tanto, la frecuencia y el peso estadístico del patrón de normalidad; fortalecer, en definitiva, su carácter de “norma” (estadística y reguladora): que “lo normal” sea y siga siendo lo más frecuente.
Las presiones sociales para ajustarse a lo que se considera como “normal” han estado siempre presentes. La eugenesia, contemplada retrospectivamente, continúa ejerciendo una notable influencia en la conformación del conjunto de valores inherentes a sus prácticas (esterilizaciones forzosas, restricciones a la inmigración, entre otras), que han contribuido a la definición de lo que socialmente se considera saludable, deseable, bello, enfermo, defectuoso, etc.
La noción de “estigma” se ha utilizado para referirse a la percepción de la identidad personal deteriorada como consecuencia de una desviación con relación a la idea de normalidad. El individuo estigmatizado llega a ser objeto de prácticas de discriminación que reducen sus posibilidades de vida. En la actualidad, la reflexión acerca de lo que se consideran condiciones deseables para una vida digna de ser vivida se nutre de numerosos estudios que evidencian la actitud favorable de médicos y genetistas hacia el aborto de fetos con síndrome de Down, espina bífida, acondroplasia y otras patologías.
La intensa medicalización de las sociedades contemporáneas abunda en la consideración clínica de todo funcionamiento supuestamente anómalo, tanto físico como psicológico. La discapacidad actualiza en el plano social la dicotomía inclusión/exclusión que desde siempre se ha aplicado al cuerpo y a la mente humanas. En este sentido, el ámbito de definición de la enfermedad mental ha sido tradicionalmente un terreno abonado para la aplicación indiscriminada de la norma, la normalidad y sus desviaciones, ya sea atendiendo a consideraciones meramente biológicas, o haciendo explicita la importancia de la relación entre la persona y el entorno social.
Actualmente la ingeniería genética y la nanotecnología, desde una perspectiva “transhumanista”, aspiran a ir más allá de restaurar el funcionamiento “normal” a las personas con discapacidad. A partir de la consideración del cuerpo y la mente humanas como entidades obsoletas susceptibles de ser transformadas en profundidad, plantean la posibilidad de mejorar su funcionamiento “normal” para adquirir capacidades nuevas e incrementar las actuales hasta niveles nunca antes logrados. Estas ideas, basadas en el denominado “capacitismo” (ableism) como creencia en que ciertas capacidades y las personas que cuentan con ellas son intrínsecamente más valiosas que el resto, vienen siendo cuestionadas como responsables de nuevas formas de discriminación.
En este panel recibimos las comunicaciones que aporten una reflexión crítica acerca de las ideas de normalidad, normalización y sus discursos correspondientes, procedente de marcos tales como la filosofía de la biología, los estudios sobre la discapacidad (disability studies), la filosofía del cuerpo/mente, la psicología, la interacción humano-máquina, los estudios culturales (cultural studies), la teratología, etc. Igualmente son bienvenidos los planteamientos que, partiendo de dicha reflexión crítica, exploren las ideas de mejoramiento humano, transhumanismo y obsolescencia de los cuerpos/mentes, así como sus posibilidades de agencia dentro de entornos artefactuales y tecnológicos.